lunes, 28 de noviembre de 2011

Guía ara una primera cita exitosa

A lo largo de nuestras vidas pasamos por diferentes formas de interacción con el sexo opuesto, siendo la primera cita, tal vez, la más aterradora. La informalidad que nos caracteriza ha llevado a que dejemos de utilizar el término “cita”, sonando incluso tan obsoleto como decir Betamax o Súper Nintendo. Sin embargo, seguimos teniendo citas. Yo sigo teniendo citas. Esta informalidad ha dejado de ser eso, una simple ausencia de formalidad y ha dado como resultado una carencia de caballerosidad. Este término puede sonar medieval, yo sé, pero es un valor que muchas mujeres valoran más que la tarjeta de crédito dorada o el Mercedes convertible.

Luego de una pequeña investigación logré armar esta pequeña pero útil guía. Chicos tomen nota. Esto viene directo de la fuente.


















1. Vestimenta

Aunque las apariencias suelen engañar, tu forma de vestir dice mucho y es manera en la que el mundo te ve. Es muy importante que sepas vestirte de acuerdo a la ocasión. Recuerda: la primera impresión es muy difícil de olvidar.

Error frecuente

Ir vestido como si te fueras a la universidad o a comprar tomates al supermercado.

Tips

Una camisa sport o un cardigan, con un jean LIMPIO siempre se ven bien.

Si no tienes zapatos limpia tus converse, que no parezca que vienes de lavar carros.


2. Higiene

Esto, señores, es vital. La pobreza o las largas jornadas en la oficina no justifican la falta de higiene. Si has estado ocho horas sentado frente a tu computadora, manipulando archivos y demás, date un tiempo para una ducha.

Error frecuente

Ir directo de la chamba. Tu cara siempre refleja esas pesadas ocho horas de trabajo.

Tips

Realiza un control de calidad antes de dirigirte a la casa de la desafortunada. Asegúrate de que tus manos estén limpias y tus uñas cortas, aliento fresco (siempre ten chicles contigo), ropa y zapatos limpios y sobre todo un buen perfume. Lo importante es que tu fragancia no llegue a la cita antes que tú, ni se quede luego de irte.

3. Recogerla y Llevarla a casa

No importa si no tienes carro. Y si no tienes mucho presupuesto para movilizarte, chapa tu combi hasta su casa y luego tomen un taxi.

Error frecuente

Aunque muchas veces esto escapa de nuestro control, trata de evitar al ‘tico’ con los asientos rasgados y puertas abolladas.

Tips

Contrata un taxi de empresa o al taxista de tu tía timbera.

4. Detalles

Aquí hay infinidad de cosas que  puedes hacer y decir.

Error frecuente

Frases trilladas. Nada de “tus ojos son como un océano infinito en el que quiero sumergirme”.

Llenarla de cumplidos. Basta con un sincero te ves bien o me gusta tu collar. En la simpleza radica la verdadera perfección.

Tips

Abrirle todas las puertas. ¡No puedo resaltar esto lo suficiente!

Regalarle una flor (no un ramo). Recuerda que tendrá que cargarla toda la noche.

 5. Modales en la mesa

Si en tu casa eran ocho y tenías que comer rápido sino no comías, cómprate “Ese dedo meñique” y comienza a practicar tus modales en la mesa.

Error frecuente

Tragar como si fuera el fin del mundo. Están disfrutando de una cena romántica, disfruten de su mutua compañía y procura prolongar la velada.

Tips

Si eres de los que comen como ex convicto, prepárate un sándwich antes de salir.

AH! Y no te olvides de esto: retira la silla para que ella se siente.


6. No dejar de mirar el Smartphone

En mi humilde opinión, esto va tanto para ellos como para ellas. Nada peor que estar con alguien que chatea o revisa el Facebook y Twitter estando contigo. Eso muestra falta de interés y respeto hacia la otra persona.

Error frecuente

Entrar al Facebook para registrarse y etiquetarse.

Tips

Ponerlo en silencio o por lo menos en vibrador.

7. Conversación

Aquí hay tantos puntos  para resaltar, que probablemente nunca terminaría el artículo. Sin embargo, haré lo posible por resumir y  mencionar los principales:

Error frecuente

Hablar de la ex. No se confundan, no es una cuestión de celos. La ex es un tema que debe ser tratado cuando hay mayor confianza con la chica y debe surgir por la necesidad de conocerte y entender tanto tu pasado. Al fin y al cabo todos tenemos una ex.

 Tocar temas controversiales. Política, religión, matrimonio por mencionar algunos. Uno nunca sabe cuando una cita se vuelve un debate.

Las ‘mamitas’ deben quedarse en casa. Todas las chicas saben que los hombres sufrimos de mamitis (yo me incluyo) pero estas santas y abnegadas mujeres que nos dieron la vida no deben ser tema de conversación (hasta más adelante).

Tips

Hablar de sus intereses. Sus gustos, pasiones y planes a futuro.

Hacerla reír sin hacerse el payaso toda la noche. Ellas no buscan al nuevo Melcochita.

8. Mirar a otras chicas

Siempre vamos a encontrar representantes del sexo opuesto con atributos físicos bastante atractivos. La tentación de mirar a estos bellos especímenes no debe vencer jamás.

Error frecuente

Mirar a otras chicas.

Tips

No mirar a otras chicas.

9. Personalidad

Lo más importante es que te muestres como realmente eres. No vale la pena tratar de impresionarla sino vas a poder mantener el nivel en la siguiente cita.

Error frecuente

Arrogancia. Nada peor que esto. Y ojo no confundir la arrogancia con la seguridad, son cosas muy distintas.

Mostrarse nervioso. Todos estamos nerviosos en la primera cita. El objetivo no es demostrarlo.

Tips

 Un trago suave siempre relaja.

10. Una caminata luego de la cena

Los que solemos caminar de noche podemos dar fe de la transformación que sufre Lima cuando el sol se oculta. Surge un aire misterioso, pacífico. Perfecto para un paseo.

Error frecuente

Caminar por zonas muy oscuras. Ahora ya no hay eso de “no, pero si en San Isidro no roban y en Miraflores menos”.

Tips

Si hay una brisa fresca o hace frío dale tu chaqueta sin que ella te lo pida

Bueno chicos, espero que hayan tomado nota y que esto les sirva. Me permito terminar este texto con una frase que, creo, puede resumir la idea central: “SIEMPRE HAY ESPACIO PARA MEJORAR”


lunes, 21 de noviembre de 2011

ENTRE UN ENSAYO Y UNA RELACIÓN


Estos últimos días han sido una verdadera montaña rusa de emociones y cuestionamientos. Una semana donde la reflexión, largas caminatas nocturnas y la segunda temporada de Prison Break han consumido la mayoría de mis horas. Una semana en la cual tenía que tomar ciertas decisiones, como por ejemplo, el tema de este ensayo.

Hay diversos temas que llamaron mi atención para ser tratados aquí: mi afición al rock and roll, la cultura chicha en la actualidad, el arte urbano, la doble moral alrededor del sexo, etc. Para los que continúen leyendo esto se darán cuenta de que no pude llegar a una decisión final ya que mi cabeza está sumergida en un solo tema en este momento. Una persona en realidad.

Todos en algún momento nos topamos con una persona que nos mueve el piso y se vuelve protagonista de nuestros pensamientos sin importar cuanto luchemos por evitarlo. En esos momentos te sientes vulnerable, ansioso, estúpido y  hasta logras encontrarle sentido a las famosas “chick flicks”, esas que sólo vez con tu flaca cuando quieres llevártela a la cama luego de una velada en el cine. Sí chicas, lamento informarles que nosotros odiamos las “chick flicks” y nos duele pagar un sol por ver esas películas cursis, llenas de escenas que, por más románticas que sean, no hacen más que distorsionar la realidad del amor y las relaciones en pareja.  

Cuando uno se topa con esa persona, se pierde el miedo – aunque no del todo – al ridículo, a la cursilería y estás dispuesto a todo por conquistarla sin importar que tan cursi - esta palabra la van a ver hasta el cansancio en este texto - te veas. No importa si tienes que pasearte por Lima buscando el regalo perfecto: las flores más exóticas, el peluche más tierno, los chocolates más caros. Nada importa. Dejas de lado la economía, las actitudes machistas, el qué dirán. Todo. El único objetivo es robarle el corazón a esa persona que te lo robó hace mucho con sólo una mirada o una sonrisa. A fin de cuentas cuando el corazón despierta, el cerebro se duerme.

El jueves estuve con unos amigos en un conocido local barranquito intentando no pensar en nada más que pasar un rato divertido. Obviamente, mis amigos solteros y esquivos a la flecha de Cupido, fueron preparados y listos para convertirse en los galanes de la discoteca y cual colibrís, ir de flor en flor hasta que la noche o la seguridad de la discoteca den por terminada la jornada. Por supuesto, yo estaba de más en la figura, ya que mientras ellos preparaban a las presas con palabras “sinceras” y “románticas”, mostrándose como el chico perfecto, yo estaba disfrutando de la banda que tocaba esa noche, ignorando al resto y pensando “me gustaría estar acá con ella”. En este recorrido por los varios grupos de chicas, algunas mostraron interés en mí, arrastrándome a la pista de baile o tratando de captar sin éxito  mi atención de una manera bastante obvia, y es que modestia aparte, soy una persona que puede considerarse atractiva. Como se pueden imaginar esto molestó a mis amigos que me conocieron en un momento de plena soltería, libre de culpa y cualquier sentimiento hacia otra persona. Tanto fue así que, como nunca, me fui temprano de una noche de juerga y terminé con una larga caminata por el malecón viendo el amanecer.

Eso gente, es lo que nos hace el amor. Nos hace ignorar la lógica, la sensatez y la objetividad, cambiándola por ímpetu, romanticismo, cursilería y todas esas huevadas que vuelven vulnerable hasta al más macho de machos y que nos vuelve blanco de burlas de la comunidad soltera. Esos que son los reyes de las discotecas y bares pero que jamás admiten que alguna vez se han enamorado porque enamorarse es de idiotas y sólo trae problemas además de confusión. En esto yo estoy de acuerdo: enamorarse es todo un mundo complejo lleno de confusión, ansiedad, ilusión y celos hasta de las situaciones más tontas. Y es que el amor no sólo trae consigo las emociones más sinceras y puras; también trae consigo dolor. Pero todo eso es lo que realmente nos da el significado de humanidad: el ser humano no es únicamente un conjunto de células, huesos y músculos, sino también un conjunto de sentimientos y emociones que nos hacen valorar cada segundo y experiencia, buena o mala, como una oportunidad para crecer. 

En una época en la que las personas viven tan rápido que realmente no logran apreciar los momentos simples, las relaciones humanas se han desvalorizado y han pasado a un segundo plano por debajo de ganar dinero y llenarse de conocimientos y diplomas; y no es que yo esté en contra del aprendizaje ni de los conocimientos. No. En lo que no concuerdo es en que esto se vuelva una prioridad sobre la interacción con otras personas o de formar lazos afectivos y amorosos. El ser humano es por naturaleza social y necesita interactuar con otros seres humanos. Esa es una realidad de la que no de puede escapar. Las personas que dedican su vida al trabajo y a la formación profesional, dejando de lado las relaciones llegan a experimentar un vacío imposible de llenar con dinero, carros o lujos innecesarios. Una demostración de esta desvalorización de las relaciones es el famoso “choque y fuga”; una noche de locura sin pasión ni conexión o siquiera intercambio de nombres con la otra persona. Sólo un intercambio de cuerpos y “chau”. Una noche que satisface el deseo físico pero no la soledad. No digo que esta sea una solución a la que jamás he recurrido porque la nariz me crecería a tal punto que rompería la pantalla de mi compu; pero yo soy uno de los pocos especímenes que prefieren tener una conexión emocional, y sí, sin roche puedo decir que yo sí creo en el matrimonio. Y no me refiero al papeleo o a las municipalidades. Tampoco creo en los Ciprianis allá afuera ni en las iglesias; mucho menos creo en las ceremonias ostentosas donde la ilusión  pasan a un segundo o tercer plano y es reemplazado por la pompa de la ceremonia que pasa a ser la verdadera ilusión. No. Yo creo en el compromiso. Yo creo en estar con esa persona en las buenas y en las malas, en los días soleados y en las noches de tormenta. En tener a alguien que, sin importar, va a estar ahí para alentarte en los momentos de triunfo y levantarte sin importar cuantas veces caigas.

Como siempre digo, una sonrisa no está completa si no hay alguien que sonría contigo. Sin roche digo que creo en el compromiso y no me importa parecer cursi ni demostrar lo que siento y pienso. La idea de que el hombre debe ser frío, distante y no demostrar lo que siente es un concepto que yo considero medieval. El verdadero hombre es alguien que tiene carácter, y eso implica no tener vergüenza de demostrar lo que siente y piensa sin importar a quién le duela y sin importar el qué dirán. El verdadero hombre es aquel que respeta a su prójimo y le tiende la mano a quien la necesite. Ser duro sin perder la compasión y ser dulce y tierno cuando es necesario.

Así pues, aún no logro encontrar el tema central de este ensayo, ni logro dar con la idea principal. Ni siquiera sé si tendrá alguna lógica para los que lean esto pero como dije antes el amor nos hace eso. Nos vuelve ilusos, románticos, idiotas – aunque pienso que ambas significan lo mismo -, y nos hace perder el sentido de la lógica y objetividad. Pensar con el corazón es lo más sincero sin duda, pero muchas veces trae consigo más interrogantes que soluciones.

En mi opinión buscar respuestas con el corazón es como lanzarse de un avión en paracaídas: los momentos previos están llenos de adrenalina, ansiedad, miedo, y  sólo se tienen dos posibles resultados: el paracaídas se abre y aterrizas sano y salvo; el segundo, bueno... no es necesario mayor explicación. Y aunque yo ya me lancé del avión, simplemente espero salir airoso de la situación, esperando aterrizar con los pies y no con la cabeza.